Es curioso: de pequeño detestaba el zumo de naranja, en especial el natural, principalmente por «los grumos», lo que es la «carne» de la naranja que es inevitable colar perfectamente, que me daba auténtico asco. Por ello, de beber, sólo podía hacerlo con el de botella.
Sin embargo, ahora cada vez me gusta más el zumo de naranja, pero sólo el natural. Aunque me siguen dando asco los grumos, los tolero en cierta medida, y la bebida en sí, recien exprimida, me gusta. Por contra, los zumos artificiales me repugnan por completo y me parecen algo malísimo.
Cómo cambiamos.
Yo tenia cierta pasión por el Sunny Delight y ahora me repugna completamente. Ciertamente como cambiamos