«Stephen Dubovich tiene el cerebro al aire y el médico le pide que sonría. “¿Te encuentras bien?” —le pregunta, y a continuación la enfermera le muestra algunos objetos para que los identifique. La técnica de operación a cerebro abierto se realiza desde hace algunos años en la mayoría de los hospitales del mundo. La cosa va bien mientras el paciente hable y se comporte con normalidad. Si se muestra confuso o comienza a cambiar el nombre a las cosas, el cirujano debe abandonar inmediatamente la zona en la que está trabajando.»
De lo cual sólo puedo concluir una cosa, y es que van operando al tun-tún y si no sale como debería salir, prueban a operar de otro lado. Ésta es una de las formas de resolver problemas en informática tratando todas las posibilidades, sin ningún tipo de algoritmo de inteligencia artificial. Se le conoce como backtracking, vuelta atrás, ensayo-error… Y me acojona que me puedan operar la cabeza siguiendo una pauta tan simple.
Evidentemente lo estoy exagerando, pero es la impresión que da. El cerebro es un grandísimo desconocido y la neurología sabe muy poquito sobre él, especialmente de cómo guardamos los recuerdos. Resulta bastante curioso que sea tan poco lo que sabemos del cerebro que para estar seguros de que una operación vaya bien haya que estar «testeando» al operado constantemente.