Partiendo de que casi todo el mundo lee Microsiervos, sé que lo que voy a decir a continuación no va a ser más que otra de tantas repeticiones de lo visto por todo el mundo en la blogosfera, pero ha habido un detalle en una de sus últimas entradas que me ha llamado la atención.
El tema en cuestión trata sobre cómo se cambian las ruedas de un avión que, aunque parezca mentira, es muy necesario dado que pasan de las temperaturas bajo cero de la atmósfera a otras muy altas dado el rozamiento producido en el aterrizaje. Por lo visto en media hora, y de forma similar a los coches, instalan las nuevas ruedas.
Sin embargo no es esto lo que me ha parecido interesante, sino de qué están rellenas las ruedas de los aviones. Me encanta ver cómo la humanidad va solucionando pequeños problemas de ingeniería con ideas sencillas y brillantes. Quién sabe si no se volvieron locos buscando algún material más resistente o flexible para las ruedas hasta que se les ocurrió rellenarlas de nitrógeno.
«Un dato curioso es que las ruedas no se llenan con aire, que podría tener restos de agua que se podrían congelar con el frío reinante a la altura de crucero de los aviones, sino con nitrógeno, que aparte de ser un gas inerte y no inflamable se expande y contrae al mismo ritmo que los gases que forman la atmósfera, por lo que la rueda no se ve sometida a ningún esfuerzo más del necesario a causa de la diferencia de presión entre su interior y el de la atmósfera que la rodea.»