Y un año más, la Agrupación Astronómica de Huesca nos ameniza el verano con una nueva sesión de charlas sobre diversos temas relacionados con el espacio. Además, aprovechando el año internacional de la astronomía, en esta ocasión han aprovechado para ampliar el número de sesiones a ocho.
Aviso a mitad, pero todavía quedan cuatro más para la semana que viene a las que os aconsejo acudir porque siempre resultan muy interesantes.
El curso lo abrió Arturo Bosque con la charla Astrólogos y otros vendedores de humo, que no estuvo mal, pero de la que yo esperaba más. Pensaba que intentaría razonar más el porqué de cómo surgen estas cosas (y dónde está la aunténtica verdad que enmascaran en horóscopos y otras chorradas), pero se limitó a criticarlas casi con un «no, no y no». Para terminar sacó una lista de timos para curar como la homeopatía, flores de Bach, piedras de noséqué, acupuntura o eso de que en las terminaciones nerviosas de los pies se reflejan todos los órganos del cuerpo y al masajear las zonas idóneas se arreglan los problemas de estómago o de lo que sea. La mejor de las cien o así que nombró fue energía biocibernética-cuántica-holográfica. Chúpate ésa.
La segunda charla corrió de la mano de Mario Garcés, que nos habló de Agujeros negros. Suavecita, pero interesante. Empezó por la historia desde su predicción a su supuesta detección, para pasar a analizar los diferentes tipos que existen (microagujeros negros, normales, supermasivos, e intermedios). No entró en divagaciones como Francisco Palacín el año pasado cuando reflexionó sobre si existen realmente los agujeros negros. Su conclusión fue que no hay pruebas concretas de que sean realmente tal y como se suele pensar actualmente.
La del jueves me la salté, y ayer Iosu Redín Rodríguez terminó la semana con la amena y entretenida sesión llamada La gran superproducción de la naturaleza: de los cuentos de hoguera al Big Bang y más allá, en la que, como su propio título indica, dio un repaso al arte de inquietudes de las primeras sociedades (y tribus actuales australianas) para compararlo con nuestros conocimientos actuales sobre el Big Bang, las posibles estructuras del Universo y multiverso y las colosales investigaciones al respecto como el LHC.
Al finalizar la charla del viernes, prepararon una observación de la Luna, con los telescopios que construye Angel Biarge (cuyos pasos nos detalló el año pasado) a la que se sumaron las gentes del barrio que por allí pasaban.
Nunca antes había visto la Luna con telescopio y es increible lo bien que se ve, de los tres que montaron, había uno con tanto aumento que un tercio de la Luna llenaba todo el campo de visión. Se distinguen con claridad muchos de sus cráteres y es una visión alucinante. Se la recomiendo a cualquiera, cambia mucho a cómo la vemos de normal.
La semana que viene nos vemos en el resto de charlas si alguien más se anima. Copio el programa de las sesiones pendientes.
Lunes, 3 agosto: «Neos la pequeña amenaza» por Santiago Ezquerra.
Martes, 4 agosto:«Ondas gravitacionales» por Francisco Palacín.
Miércoles, 5 agosto: «Códigos» por Julio Bernués.
Jueves, 6 agosto: «Un fotón en la Vía Láctea: la vida de las Galaxias» por Abel Laporta.
Para el que no lo sepa, Neos no quiere decir que la charla vaya a ir sobre el protagonista de Matrix; son las siglas de Near Earth Objects, que son los cuerpos celestes cuya órbita puede pasar peligrosamente cerca de la terrestre
Las ondas gravitacionales del martes, son unas ondulaciones del espacio-tiempo producidas por cuerpos supermasivos, que teóricamente deberían existir, pero que no se han detectado todavía.
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