Mierda de fútbol

Había quedado a las 6 en un bar, pero como era con mujeres no me he atrevido a ser puntual por el rato que pudiera estar esperando. A «y cuarto» me llamaban diciéndome que no había ni un puto sitio. ¿Por qué? Hoy es el esperado «derby» Huesca-Zaragoza y el fútbol manda. A ver en qué mierda de bar encontramos sitio. Odio el fútbol y las pasiones que levanta.

El animal más inteligente: El Camello

El camello comprendía perfectamente todo lo que estaba ocurriendo. Tres estómagos y un sistema digestivo que no tiene nada que envidiar a una destilería industrial te proporcionan mucho tiempo para no hacer nada y pensar.
No es casualidad que las matemáticas más avanzadas suelan inventarse en los países cálidos. Eso se debe a la resonancia mórfica de todos los camellos, quienes poseen esa expresión desdeñosa que los ha hecho tan famosos como resultado natural de una increíble habilidad para plantear y resolver ecuaciones cuadráticas.
Casi nadie es consciente de que los camellos tienen una aptitud natural para las matemáticas avanzadas, especialmente en todas las facetas de éstas relacionadas con la balística. La evolución les hizo adquirir esa aptitud porque aumentaba considerablemente las posibilidades de sobrevivir. Otros ejemplos de rasgos útiles para la supervivencia son la coordinación entre la mano y el ojo de los seres humanos, el camuflaje de los camaleones y la famosa habilidad para salvar marineros a punto de ahogarse de que dan muestra los delfines cuando existe el más mínimo riesgo de que otros seres humanos se encuentren lo bastante cerca para ver lo que realmente les gustaría hacer —normalmente partirlos en dos de un mordisco—, con los comentarios desfavorables y la lógica
hostilidad posterior que provocaría ese tipo de comportamiento.
La verdad es que los camellos son mucho más inteligentes que los delfines.* Su inteligencia es tan superior a la de estos que no tardaron en comprender que lo más prudente que puede hacer un animal si no quiere que sus descendientes pasen mucho tiempo encima de una losa con electrodos metidos en el cerebro, colocando minas en el casco de algún barco o siendo tratados con espantosa condescendencia por manadas de zoólogos es asegurarse de que los malditos humanos no averigüen lo inteligentes que son. Así pues, los camellos decidieron ya hace mucho tiempo adoptar un estilo de vida que les garantizaba alimentación y cuidados adecuados y la posibilidad de escupir en el ojo a un humano y salir bien librados a cambio de que aguantaran llevar cargas de un lado a otro y se dejaran pinchar con objetos punzantes.
Y aquel camello en particular —el resultado de millones de años de evolución selectiva orientada a producir una criatura que pudiese contar los granos de arena sobre los que caminaba, tensar los músculos de sus fosas nasales cerrándolas a voluntad y sobrevivir bajo el sol abrasador sin beber agua durante muchos días—, se llamaba Maldito Bastardo.
Y, de hecho, era el matemático más genial de todo el Mundodisco.
Maldito Bastardo estaba pensando. «Parece que nos encontramos ante una inestabilidad dimensional creciente que a juzgar por su aspecto oscila desde los cero hasta casi los cuarenta y cinco grados. Qué interesante. Me pregunto qué la estará causando… Supongamos que V es igual a 3. Supongamos que Tau es igual a Chi/4. rumiarumiarumia. Supongamos que Kappa/y es un tensor diferencial del dominio Monstruo Maloliente** con cuatro coeficientes de giro imaginarios…»

*Nunca confíes en una especie que sonríe todo el tiempo. Está tramando algo.
**El matemático más prodigioso que ha dado la especie de los camellos a lo largo de toda su historia. Inventó una matemática del espacio octadimensional mientras estaba acostado con las fosas nasales contraídas para que no le entraran los granos de arena durante una violenta tempestad del desierto.

Terry Pratchett — Pirómides

Teorema fundamental del Humo

Sea un grupo de al menos dos individuos en cualquier lugar, independientemente de si es exterior o interior, siempre y cuando al menos uno de ellos sienta aversión por el humo del tabaco y por lo menos exista otro fumando, el humo siempre acudirá en dirección aquel que más le molesta, aunque cambien de posición para evitarlo o los fumadores traten de apartar el cigarro y la dirección del humo exhalado.

La ley de la pinyolà

A raíz del post que escribí ayer sobre las mandarinas y sus pepitas, un amigo que vive con uno de Castellón me ha puesto en la pista sobre una ley existente en la Comunidad Valenciana que en principio resulta bastante graciosa.

Desde 1993 la llamada ley de la pinyolà prohíbe en dicha comunidad la existencia de colmenas a menos de 5 kilómetros de cultivos de cítricos durante abril y mayo. He encontrado un artículo del 2006 en el que se explica detalladamente, y del cuál extraigo la mayor parte de la información de este post.

La cuestión de fondo, parece ser, que algunas variedades como la Clementina, por norma general no producen pepitas; sin embargo, cuando en los campos colindantes se plantan según qué variedades híbridas, si se polinizan de forma cruzada entre ellas, las clementinas crecen con pepitas en su interior. Y esto, que puede parecer una tonteria, conlleva graves perjuicios económicos, puesto que cuando la mandarina tiene pepitas cae el precio una barbaridad, y según dónde ni las quieren.

El responsable citrícola explica que la aparición de semillas en la fruta causó problemas en la campaña de exportación de hace tres años en Estados Unidos, país que ahora ha encontrado otra razón para parar la entrada de cítricos españoles, e insiste en la importancia de poder garantizar la calidad en el comercio, y evitar cualquier ‘vicio oculto’ como las semillas, que tiene graves consecuencias en las campañas de comercialización.

Un detalle que me ha parecido curioso es que las primeras variedades híbridas creadas especialmente para que nazcan sin pepitas, fueron importadas en los años 70 de los Estados Unidos; de ahí deduzco que estarán malacostumbrados a ellas y por eso causen tanto rechazo con semillas.

También es curioso que este problema de «la pinyolà» (como le llamán allá) sólo se tiene en la Comunidad Valenciana, y sólo aquí existe ese tipo de legislación respecto a las colmenas de abejas. Del mismo modo que también hay algunas sobre la plantación de híbridos junto a campos de clementinas. Aunque ésta comunidad sea indudablemente la que cuenta con una mayor producción de cítricos, también en otras se cultivan y no se da este problema. Parece ser que mientras que en el resto de España en algún momento se puso de moda el latifundio, en la C. Valenciana siguen un modelo de minifundios que provoca una mayor facilidad de que se planten distintas variedades muy cerca y «se contaminen» entre sí.

Esta ley no sólo exige el distanciamiento de las colmenas, sino que permite a los agricultores fugimar sus árboles en flor, produciendo la masacre de todo tipo de insectos que, como las abejas, también ayudan a la polinización, logrando una catástrofe ecológica en estos campos. Con esta masacre de insectos los clementineros parecen estar muy contentos, pero a los naranjeros y al resto de mandarineros no les hace mucha gracia, pues gracias a la polinización ejercida por estos insectos y las abejas, obtienen mayor cantidad de frutos. En fin, que hay una auténtica guerra en el sector de los cítricos y los apicultores en este sentido. De hecho, se presupone que un juicio denunciando a los agricultores que planten híbridos cerca de campos en los que ya se cultivaban Clementinas, sería fácil de ganar (puesto que causan daño al agricultor que estaba antes), aunque todavía no se haya dado el caso para sentar precedente.

Los principales afectados de toda esta «solución» son los apicultores, puesto que se ven obligados a trasladar sus colmenas durante la época de floración, lo cual parece ser bastante perjudicial para las abejas. Lo que no entiendo es por qué no tienen las colmenas directamente lejos de los campos. Por lo que leo, tampoco es un decreto muy claro, puesto que cada año lo aprueban para la época de floración. Imagino que hace 15 años se les ocurriría como solución puntual, y han ido repitiéndolo desde entonces. De hecho, incluso se retrasan en las ayudas económicas a los apicultores, y tampoco está muy clara su legalidad en el marco europeo. Y por otro lado se afirma que los híbridos son más culpables que las abejas, pues pese a este tipo de decretos, siguen apareciendo pepitas en las clementinas.

Para finalizar, tanto hablar de mandarinas, qué mejor que un calendario mostrándonos la temporada de consumo óptimo de las diferentes variedades y una aplicación flash explicando las características de las variedades (y también de las naranjas). ¡Qué nunca más os den Clausellina por Owary!

¿A quién perjudica realmente el P2P? ¿A los autores o a las distribuidoras?

No puedo evitar copiar unas declaraciones del Pianista en un burdel sobre el manido tema del P2P.

[…] los políticos que actúan contra el P2P sólo lo hacen porque a) están untados, y/o b) son asquerosamente viejos e ignoran QUÉ RAYOS ES ESO DE INTERNET Y PARA QUÉ DEMONIOS SIRVE. No es una broma: docenas de parlamentarios europeos no tienen email. Repitan conmigo: parlamentarios europeos no tienen email. Traten de comprender el alcance de ese hecho. ¿Cómo demonios va a distinguir entre P2P y piratería una persona que en 2008 no ha enviado ni recibido jamás UN SIMPLE E INSIGNIFICANTE EMAIL?
[…]
Además, ¿no hay un contraste sorprendente entre el alcance global de la lucha contra el P2P y la relajación con la que se combate el top manta? Todos esos ridículos anuncios que el Ministerio de Cultura paga a precio de oro intentan convencernos de que no descarguemos obras, no de que no las compremos en el top manta. ¿Por qué?

Porque la oferta del top manta reproduce las imposiciones culturales del mainstream. En el top manta sólo se venden best-sellers y blockbusters. Representa un diezmo económico, pero es una pérdida asumible, un mal menor. Sin embargo, el P2P es un verdadero desafío al sistema, porque rodea sus imposiciones, recupera títulos que las grandes empresas decidieron enterrar, permiten que el espectador/oyente configure su propio catálogo cultural, fomenta la distribución horizontal, permite una comunicación directa entre el autor y el espectador. En definitiva, revive a la bestia negra de una empresa global de distribución de contenidos: la libertad. Y si no, piensen una cosa: la intención de las grandes empresas no es acabar sólo con las descargas de obras sobre las que tienen derechos. Es acabar con la propia tecnología P2P. Es impedir que los usuarios compartan material audiovisual, incluso libre de derechos. ¿No es curioso?
[…]
Cuando yo descargo del eMule una obra que no hay manera de encontrar por otro medio, ¿estoy pirateando? Yo creo que quien está pirateando es la distribuidora que compra los derechos sobre esa obra, para luego descatalogarla porque la considera una amenaza (o sea, de calidad) para sus otros lanzamientos (o sea, basura).

Mandarinas y sus pepitas

¿Nunca os habéis preguntado por qué tras dos o más meses comiendo mandarinas sin una miserable semilla de repente se cruza una en tu postre con al menos dos por gajo?

Alguna vez ya me había extrañado encontrar de pronto alguna mandarina con semillas, pero la última fue escandalosa, llegando a tener que escupir hasta tres y cuatro veces pepitas de un mismo gajo, así que me he lanzado a la aventura de descubrir el porqué.

En España, las mandarinas se clasifican en cuatro grandes grupos: Clementinas, Clemenvillas, Híbridos y Satsumas.

Dentro de cada una de estas especies hay diversas variedades con sus correspondientes características y sus distintas épocas de recolección.

Llegados a este punto he de aclarar, que lo que me parecía sorprendente no era encontrar mandarinas con semillas, sino que lo normal fuese comerlas sin ellas, puesto que de algún modo debía reproducirse esta fruta con un nombre tan gracioso.

El caso es que las Clemenvillas son un híbrido y como tales, al igual que la mula, son estériles, por lo que parece evidente que no tendrán semillas. Según la Wikipedia, las Clementinas también es común que no tengan pepitas.

La mandarina popular tiene un inconveniente, que es el exceso de pepitas. Pero hay variedades como la satsuma y la clementina, que carecen de semillas. La primera apareció en Japón, después de varios cruces con otros cítricos y desprende un fuerte aroma. La clementina nace de la unión de una naranja con una mandarina, realizada en Argelia por un sacerdote llamado Padre Climent.

Es increíblemente satisfactorio comer mandarinas sin semillas, y cuando te acostumbras a esa comodidad, llega una llena de ellas a incomodarte mientras te la comes. De ahí que la gente no está conforme con el azar de encontrar ocasionalmente mandarinas con semillas, sino que en Valencia están estudiando eliminar las pepitas de algunas variedades.

Lo que me parece más curioso de todo este asunto es que a lo largo de la Historia se haya puesto tanto empeño en eliminar las pequeñas semillas de las mandarinas, y no de otras frutas. ¿Por qué no el incómodo y rugoso «hueso» del melocotón? Es mucho peor que las simples semillas porque hay que chuporrotearlo todo para extraer toda la fruta adherida al mismo, y además la fruta pegada al mismo tiene una textura más blanda y más desagradable. O las innumerables pepitas de, por ejemplo, la sandía. O el también inmenso «hueso» del mango.

Calidad >> Cantidad

«Los mediocres de lo Politically Correct niegan siempre el mérito. Sustituyen siempre la calidad por la cantidad. Pero es la calidad la que mueve el mundo, queridos míos, no la cantidad. El mundo avanza gracias a los pocos que tienen calidad, que valen, que rinden, y no gracias a ustedes, que son muchos y muy tontos«.

—Oriana Fallaci, «La fuerza de la Razón», 2004

¿Por qué me es tan inevitable asociar esa frase (leída en ARTIKULANDO) a la moda de los gobiernos españoles de devaluar la educación para que consigan título cuantos más mejor? No les importa la calidad del título que obtienen los estudiantes, sino la cantidad de estudiantes que lo obtienen.

El único objetivo es salir en las estadísticas, no importa a qué precio; ni en qué otras estadísticas mucho más tristes salir también.

FIN

Increible. Hay cosas que nunca crees que vayan a llegar en realidad, y cuando suceden te cuesta darte cuenta. Conforme avanzas en la carrera sabes que existe un final, pero no alcanzas a ver cuándo lo conseguirás, ni puedes imaginarte cómo será.

Hoy por fin escribo esta entrada como Ingeniero Técnico en Informática de Sistemas y cierro una etapa de mi vida.

Titulo fin de carrera

Ahora durante año y medio ese triste folio será mi título.