Pese a su pequeño tamaño, su privilegiada situación le ha servido para convertirse en uno de los puertos más famosos de Irlanda. Para empezar, los dos islotes que se alzan justo frente al pueblo han sido de interés militar durante años: Haulbowline, base de la marina irlandesa en la actualidad, fue fortificada ya en 1602; Spike Island, que conserva el Fort Westmoreland erigido en 1790, fue usada como prisión de 1847 a 1883, haciendo escala allí gran parte de los presos británicos que terminarían en Australia.
Si algo caracteriza a Irlanda, es la enorme emigración que tuvo durante el siglo XIX, lo cual explica que haya un 12% de estadounidenses con ascendencia irlandesa, lo que les convierte en el segundo mayor «grupo étnico» de los USA, sólo superados por los americanos con ascendencia alemana (17%).
Cobh fue el principal puerto desde el que embarcaban los irlandeses rumbo a los Estados Unidos, pasando por sus muelles unos dos millones y medio de los seis millones que emigraron entre 1948 y 1950, hecho que han aprovechado para montar un museo sobre emigración. La más famosa fue Annie Moore al convertirse en la primera persona en pasar por la recien estrenada oficina de inmigración en Ellis Island en el puerto de Nueva York en 1892 a sus quince años. Como homenaje tiene una estatua, junto a sus hermanos (sus padres habían viajado cuatro años antes), tanto en Cobh como en la isla.
La mayor parte de los emigrantes dejaron el país durante la Gran Hambruna que azotó el país entre 1846 y 1852 debido al mildiu de la patata y a la falta de dinero para comprar más comida.
Muchos se preguntan cómo una isla rodeada de agua puede tener problemas con la comida pudiendo pescar todos los peces que necesiten, pero los escarpados acantilados en gran parte de la costa y fuertes corrientes del Atlántico hacían de Irlanda una isla con una muy pobre industria pesquera; aparte de que los terratenientes británicos no estaban interesados en ese negocio, con lo que prohibían la pesca en sus tierras.
El puerto de Cobh también es conocido por ser el 12 de abril de 1912 la última parada del Titanic en el viejo continente antes de poner rumbo a New York con el trágico final que todos conocemos. Pese a que la parada del barco sea meramente anecdótica han sabido exprimir el tema, teniendo incluso la «Ruta turística del Titanic«. En Irlanda están bastante orgullosos de este transoceánico (fue fabricado en los astilleros de Belfast) y tienen un dicho «El Titanic fue perfectamente construido por irlandeses, pero hundido por un inglés«.
Al ser un pueblo tan pequeño y pintoresco, el turismo es una buena baza, y ya que estamos con catástrofes marítimas… ¿Por qué no incluir también al Lusitania? El Lusitania era un transoceánico de lujo —como el Titanic— pero fletado antes, en 1907. A principios de 1915, durante la Primera Guerra Mundial, Alemania impuso un bloqueo comercial a Gran Bretaña, es decir, llenó las aguas cercanas de submarinos y advirtió de que dispararían sin previo aviso a cualquier navío que circulara cerca de la costa británica.
Pese a ello, el Lusitania continuó sus labores civiles transportando pasajeros de un continente a otro, hasta que el submarino alemán U-20 lo torpedeó el mediodía del 7 de mayo de 1915 cuando estaba tan sólo a 18 kilómetros de Kinsale, pereciendo 1198 de los 1959 pasajeros, y siendo los supervivientes recogidos en Cobh.
Este ataque —que serviría de excusa al gobierno estadounidense dos años más tarde para declarar la guerra a las Potencias Centrales y entrar de lleno en el conflicto— no está exento de polémica, pues pese a que la reacción internacional al inicio fue de completa condena a la actuación alemana, EE.UU. colaboraba abiertamente con Gran Bretaña y el barco transportaba de «contrabando» ingentes cantidades de material bélico y alimentos para el ejército británico.
Al haber varios detalles que no cuadran respecto a los mensajes radiofónicos enviados al barco por la marina británica y la decisión de retirar el buque que iba a escoltar al Lusitania al final del trayecto, hay varias teorías conspiranoicas afirmando que Wiston Churchill (Primer Lord del Almirantazgo) facilitó el hundimiento con sus órdenes, para dar una excusa a los Estados Unidos a entrar en la guerra.
Como siempre, la Wikipedia nos sorprende con su cantidad de listas sobre cualquier tema, así que podemos comparar el hundimiento del Lusitania con otros naufragios por número de víctimas, diversos accidentes marítimos catalogados en «Tiempos de paz» y en diferentes conflictos históricos, barcos hundidos por submarinos según número de víctimas o la lista de accidentes y desastres por número de víctimas en cualquiera de sus categorías o, especialmente, la marítima.
Aparte de los museos y estatuas mencionados aquí, el mayor atractivo de Cobh es perderse entre sus sinuosas calles rodeadadas por coloridos edificios. Se puede dar un paseo tan largo como se quiera, cuestas arriba y cuestas abajo, hasta llegar a la Catedral de San Colman, que al estar el punto más alto de la ciudad puede ser vista casi desde cualquier parte.
Colman de Cloyne fue un monje de finales del siglo VI fundador del monasterio de Cloyne, un pueblo cercano que da nombre a la diócesis de la que ésta es la principal catedral. Educado como bardo, se le conocía como el Poeta Real de Munster, y algunos de sus versos que todavía se conservan están entre los primeros ejemplos del irlandés escrito con alfabeto latino.
St. Colman Cathedral se empezó a construir en 1865 y se terminó en 1915 y es uno de los ejemplos más notables del neogótico irlandés. Su torre alberga un carillón de 47 campanas (cinco de ellas añadidas en 1958) que lo convierten en el mayor de Irlanda. Tiene una escala de cuatro octavas, lo que permite la ejecución de variadas composiciones, siendo frecuentes los recitales de música religiosa y secular, especialmente en verano.
Me llamó especialmente la atención el depósito de agua bendita que se puede ver en la anterior foto. Estaba en uno de los laterales de la catedral, por fuera.
Lo mejor del pueblo, sin lugar a dudas, fue el pedazo fish&chips que nos comimos sentados en un banco al aire libre. Después de buscar un rato dónde comer, finalmente nos decantamos por el bar Mimmo’s, cuya posición en Google Map acabo de enlazar (justo enfrente del monumento a los fallecidos en el Lusitania). Por seis euros y medio pudimos disfrutar de una buena ración de fish&chips, con dos trozos de pescado para cada uno. Quizás no fuese el mejor del mundo, pero estaba muy bueno y en cualquier lado ponen mucho menos por más dinero. Incluso sumando los billetes del tren, hay muchos lugares en los que no comes tanto por doce euros.
Dejo algunas fotos de otros lugares que han atraído mi atención, como la parte posterior de la primera fotografía que abre el post (por cuyo lado frontal es la imagen más típica de Cobh), la señal para limpiar los excrementos de los perros y un par de tiendas con todo el escaparate de madera; la tienda del fondo tiene más gracia porque era de productos electrónicos, con lo que ese aspecto tan antiguo la convierte casi en un oxímoron.
Páginas con información turística:
East Cork Tourism
Cork Guide
Spike Island (ya enlazada en la entrada, pero con mucha información sobre esa isla).